Al igual que en un proceso natural, de manera simple se generan iones positivos y negativos a partir de moléculas de hidrógeno y oxígeno presente en el aire. Estos iones tienen la propiedad de agruparse alrededor de micropartículas, gases, esporas de moho en el aire, virus y bacterias, inactivando los patógenos. El patógeno no podrá reproducirse y morirá rápidamente, eliminando al mismo tiempo los olores, protegiendo la salud y el bienestar de las personas.

Este proceso continuo proporciona un ambiente libre de olores, reacciones alérgicas y agentes infecciosos existentes en el aire en suspensión, como también en las superficies dondequiera llegue el aire acondicionado. Entre los agentes patógenos, se incluyen al virus del resfriado común, partículas orgánicas, aerosoles y micromoléculas, todos los tipos de virus y Sars-CoV-2, tuberculosis y bacterias de amplio espectro, reduciendo significativamente la probabilidad de adquirir enfermedades, mejorando así la calidad y bienestar de las personas.